*Los meses del otoño de 2022 fueron meses de experiencias y descubrimientos para mí. Habiendo ya viajado por Bolivia durante un tiempo, me fui a Santa Cruz durante dos semanas para dar forma al proyecto de mi crowdfunding «Manos en la tierra».*
*Gracias a todas las donaciones, recaudé una cantidad de 1631 euros, buena para la construcción de seis huertos. Con estos huertos, las familias participantes han tenido la oportunidad de cultivar sus propias verduras para salir de la pobreza en la que viven y vivir con más dignidad.*
*Junto con Yamil, el coordinador local y Giulia, una voluntaria italiana que ya llevaba varios meses allí, participé en TECHO Bolivia durante unas dos semanas y ayudé a organizar y ejecutar la construcción de los tres primeros huertos.
*Durante este corto período, conocí el funcionamiento de TECHO Bolivia. Gracias a la guía y apoyo de Yamil y Giulia, comencé desde el primer día.
*Así, en Nueva Jerusalén, un barrio a media hora de Santa Cruz, fuimos a realizar entrevistas a las familias buscando a aquellas que pudieran necesitar urgentemente un huerto y estuvieran motivadas a participar en él.*
*La semana siguiente preparé dos talleres sobre «nutrición saludable» y «cómo crear y mantener un huerto». El último fin de semana fue una pequeña carrera contrarreloj para construir eficazmente los tres primeros huertos. (Debido al tiempo limitado y a la búsqueda no tan fácil de las familias adecuadas, los otros tres huertos se establecerán durante 2023)*.
*Hay algunas cosas que se me han quedado grabadas y que me gustaría compartir con vosotros:*.
– *La gran diferencia entre ciudades y barrios donde la pobreza es muy visible me enfrentó como europeo. Por mucho que leas u oigas hablar de la desigualdad, verla con tus propios ojos es otra historia. Por lo tanto, no fue fácil hacer una selección de las familias de este barrio que tenían la oportunidad de tener un huerto cuando crees que en realidad todo el mundo necesita un huerto. Pero esta selección es necesaria para encontrar a las personas adecuadas que, además, tengan la motivación para mantener el huerto y trabajar en él después de que se haya puesto en marcha el proyecto. En última instancia, son ellos mismos los que tienen que hacer el seguimiento.*
– *La alegría de la gente y su agradable y caótico modo de vida me dieron una cierta paz que no puedo encontrar en la sociedad occidental.*
– *Lo que aprendí como voluntario es que dos semanas de ayuda en un proyecto no son tan sostenibles. Para que proyectos como éste puedan desarrollarse y tener un seguimiento adecuado, es enormemente importante contar con gente local. Coordinadores y voluntarios locales que puedan ayudar a cambiar la «mentalidad» de la gente del barrio a largo plazo, para sensibilizarlos sobre la importancia de una alimentación sana y cómo un huerto puede ser un primer paso en una buena dirección.*.
*Mi contribución fue sólo una miniparte de una historia más grande que queda por contar para Bolivia (y otros países) y hay mucho más que se puede hacer, sin embargo estoy muy feliz de haber podido hacer una pequeña contribución.
*Esto nunca habría sido posible sin todos los donantes que apoyaron mi campaña de crowdfunding. Por eso quiero agradecerles inmensamente a todos de nuevo, en mi nombre, en nombre de las familias y en nombre de Techo Bolivia. ¡Mil veces gracias!
*Si lees esto y te interesa seguir trabajando en esto, no dudes en enviarme un mensaje y con gusto te pondré en contacto con Techo Bolivia ([tereza.dc@hotmail.com)